Adaptabilidad y relevancia: la Facultad de Ingeniería y Ciencias se renueva para transformar la educación en función del entorno

La Facultad de Ingeniería y Ciencias emprendió un ambicioso proyecto de reforma curricular bajo la dirección de su decano, Camilo Rocha. Con un enfoque en la adaptabilidad y la relevancia en el contexto regional y global, estas reformas buscan preparar a los estudiantes para los desafíos del futuro, dotándolos de las competencias necesarias para liderar en un mundo en constante cambio. 

El académico destacó que la misión de la Universidad en su contexto regional los llevó a reflexionar sobre la necesidad de formar profesionales que puedan aportar directamente a la transformación de la sociedad desde la ingeniería y las ciencias. “La pregunta que formulamos dentro de la facultad está relacionada con el compromiso  adquirimos en la Pontificia Universidad Javeriana: ¿qué profesionales queremos brindar nosotros a la sociedad?”, señaló.

Antes de iniciar las reformas, la facultad realizó estudios previos y consultó estándares internacionales como el acuerdo de Washington y la acreditación internacional ABET. “Tomamos una decisión, vamos a basar toda la reforma en competencias, es decir, macrocompetencias, mesocompetencias y microcompetencias”, explicó. Esta estructura permitió la integración de competencias transversales entre las distintas disciplinas de ingeniería y ciencias.

Las reformas ya han sido aprobadas para cinco de los ocho programas de pregrado: Ingeniería Civil, Ingeniería Industrial, Ingeniería Electrónica, Ingeniería Mecánica e Ingeniería en Sistemas y Computación. Para los programas de Matemáticas Aplicadas, Biología e Ingeniería Biomédica se están llevando a cabo reflexiones y decisiones estratégicas que deberán brindar sus frutos durante los siguientes meses. Uno de los principales objetivos de la facultad es actualizar continuamente sus currículos a través de autoevaluaciones cada dos años y acreditaciones periódicas. Para esto enfatiza en el desarrollo de competencias blandas o transversales como comunicación, ética y trabajo en equipo, y aprendizaje a lo largo de la vida, además de habilidades técnicas comunes como análisis de datos e inteligencia artificial.

El decano Camilo destacó que se definieron tres macro competencias en las reformas: lo disciplinar, habilidades transversales y aprendizaje continuo. “A partir de las mesocompetencias desarrollamos 26 microcompetencias técnicas que son adaptadas por cada carrera según su foco disciplinar”. El proceso de diseño y ejecución de las reformas involucró a profesores, directivos, estudiantes, egresados y representantes de la industria. “Recibimos retroalimentación positiva en reuniones y comités de la facultad, incluyendo un comité asesor externo de alto perfil”.

Las estrategias didácticas para los nuevos planes de estudio fueron diseñadas en colaboración con expertos del Centro Magis. Se identificaron 14 estrategias didácticas relacionadas con 26 indicadores de desempeño, validadas con profesores experimentados. Para asegurar la calidad de la educación, se implementó un sistema de gestión continua de los programas y se desarrollaron syllabus enfocados en medir competencias. “Este proceso involucró la coordinación de profesores de toda la facultad, resultando en la creación de, aproximadamente, 150 syllabus en tres meses”, destacó Rocha.

La facultad ha integrado componentes comunes en su núcleo curricular para fortalecer la interdisciplinariedad. Se estableció un enfoque basado en proyectos desde el primer hasta el último semestre, con cursos mixtos y proyectos integradores que resuelven retos reales. El núcleo común representa aproximadamente entre el 42 y 44% de los créditos, optimizando la programación de cursos, y recursos administrativos y financieros. “Esto no solo promueve la eficiencia logística, sino que también fortalece la cohesión académica y una visión compartida de las grandes problemáticas que nos aquejan”.

Las reformas tienen un impacto significativo en el desarrollo de competencias blandas y tecnológicas de los estudiantes. Rocha destacó que los egresados serán capaces de enfrentar problemas complejos desde múltiples perspectivas y con una comprensión profunda de la tecnología. La facultad ha adaptado sus cursos para integrar habilidades prácticas y tecnológicas, preparando a los estudiantes para los desafíos de la Cuarta Revolución Industrial. “Los cursos han evolucionado para integrar nuevos componentes como el trabajo colaborativo en el aula y el uso de herramientas computacionales avanzadas”, explicó el decano.

La colaboración con universidades externas y comités industriales ha sido crucial en el proceso de reforma. “Estos aportes nos han permitido afinar y medir nuestro impacto social de manera más efectiva”,  agregó. 

El decano Camilo visualiza un futuro donde la facultad se consolide en pregrados y expanda sus programas de posgrado, ofreciendo educación continua y modularizada en áreas como inteligencia artificial. “Queremos ser reconocidos por ofrecer educación continua y movernos a lo largo de la vida educativa de nuestros estudiantes”, concluyó.